Por Eva Fontdevila
Mujeres tucumanas, en su mayoría parteras, llevan adelante una formación holística para acompañar embarazos, partos y nacimientos de una manera humanizada y centrada en los derechos de madres, niños y niñas.
En un contexto poco proclive a la espera, de ansiedad por rápidos resultados en todos los órdenes, de mercantilización de la salud y de multi empleo, detenerse a reflexionar sobre este tema tan importante que es la manera de nacer es una causa desde el amor y la confianza en producir transformaciones en rutinas, enfoques y compromisos.
Inés Díaz, Licenciada en Enfermería, obstétrica y referente de la Red Latinoamericana para la Humanización del parto y el Nacimiento (Relacahupan) en Tucumán, impulsa la iniciativa con el apoyo del gremio de trabajadores/as de la salud ATSA. En este diálogo comparte el proceso y sus motivaciones.

¿Cuáles son las convicciones que impulsan a sumarse a quienes se están formando?
Son 13 parteras y 1 enfermera. La mayoría estudiantes de partería. Están buscando una mirada para acompañar los procesos reproductivos de las mujeres; sienten que las gestantes reciben asistencia nada empática, que muchos profesionales a pesar de la evidencia científica, de las recomendaciones, protocolos, etcétera, dejan del lado todo y realizan intervenciones donde no es necesario.
Consideran importante dejar del lado prejuicios y miedos personales para cuidar y acompañar. Se trata de un modelo de partería que gire entorno a las necesidades de la madre y su bebé; que garantice un trato respetuoso, individual y responda a las necesidades de información y atención en salud reproductiva y materna de las mujeres. Este modelo se basa en que el embarazo y el parto son procesos normales de la vida y requiere reducir las intervenciones tecnológicas innecesarias.
¿Qué dificultades tenemos para trabajar entre profesionales de distintas disciplinas en los ámbitos institucionales?
Las dificultades son ocasionadas por falta de una comunicación fluida y sostenida; también por la escasa actualización y revisión de protocolos y prácticas que se vuelven rutinarias pero que están desaconsejadas. Falta desarrollo de talleres de sensibilización e intercambio con todos los agentes que participan en los escenarios de nacimiento. Necesitamos una programación de metas a corto y mediano plazo para mejorar este trabajo que se realiza en las instituciones.
¿Cuáles son los desafíos centrales en los próximos tiempos para humanizar los nacimientos?
Primero ser humildes para hacer autocrítica y preguntarnos sobre el papel que tiene la Obstetricia actual. ¿El modelo intervencionista está salvando mas vida de mujeres durante la gestación, parto y post parto? ¿Tenemos datos acerca del estado emocional de las madres, su salud mental para maternar? El aumento del uso de la tecnología durante la asistencia al embarazo, parto y nacimiento ¿resulta en menos morbimortalidad perinatal? ¿Tenemos la humildad de reconocer las limitaciones de este modelo de atención?
Necesitamos asociar a la práctica cotidiana la evidencia, la sensibilidad y la intuición, mirar el cuerpo femenino como una máquina defectuosa es la base de la filosofía de la obstetricia moderna que impone el uso de instrumentos y tecnología para la manipulación y mejoría del defectuoso, anormal y peligroso proceso del nacimiento. Cambiar la manera de pensar de como percibimos el mundo, buscar la paz, la cooperación, el equilibrio…Debemos evolucionar hacia un modelo de atención al parto que reconozca el conocimiento vivencial femenino como una sabiduría de su cuerpo para gestar y parir.
Buenísimo los temas de gran interés para mejorar en futuro
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