Libro álbum: formación para acompañar la lectura en las infancias

Por Eva Fontdevila

En la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Tucumán, un grupo de docentes brinda un curso destinado a estudiantes universitarios y terciarios, docentes y mediadores que quieren promover la lectura a través de estrategias creativas. La propuesta “Literatura argentina para las infancias y libro álbum: representaciones de la mujer” está a cargo de Jorgelina Chaya, Laura García y Amira Córdoba.

En esta charla con ANITA cuentan de qué se trata el libro álbum y por qué es pertinente la reflexión en el contexto de tanta estimulación audio visual tanto en las infancias como en la adultez.

Lo primero que nos preguntamos es ¿Qué es el libro álbum? Y Jorgelina Chaya recoge el guante: “Es difícil y complejo establecer una definición sobre este género por varios factores. Es un género en donde se combinan al menos dos artes con sus respectivas estéticas y en esa combinación, se configuran sentidos que interpelan a las y los lectores. La palabra literaria y la imagen artística dialogan en estos libros en donde la presencia de la imagen es dominante, sobre todo, narrativamente. Palabra e imagen están en un permanente contrapunto, aunque existen libros álbumes en donde hay solamente imágenes y en estos casos, la narración se va construyendo a partir de esa secuenciación visual que las y los autores nos van proponiendo en ese libro. Se suele creer que este tipo de libros va destinados a las infancias, pero en realidad la apuesta estética que hacen trasciende las edades y culturas”.

Luego consultamos por qué reflexionar sobre ese género y sus características en este momento. La profesora explicó: “Consideramos importante reflexionar sobre este género por la importancia que la imagen ocupa hoy en nuestras vidas. Estamos rodeados de imágenes en las redes sociales, en los medios de comunicación, en las pantallas y nos preguntamos ¿sabemos leer imágenes? ¿cómo se leen las imágenes? ¿Mirar es lo mismo que ver, pensar y reflexionar acerca de lo que vemos? La lectura de imágenes en el libro álbum requiere de un proceso de alfabetización estética del mismo modo que la lectura de un texto escrito. Por eso, consideramos que para la formación de lectores en general, y de lectores que se inician desde las primeras infancias en particular, es necesario que este proceso de alfabetización sea desde un posicionamiento actualizado, consciente y acompañado por las y los mediadores de lectura. En este sentido, la lectura de literatura permitirá a las y los lectores apropiarse de estrategias de lectura de lo visual y ponerlas en acción al momento de leer otras imágenes”.

Laura García, por su parte, aportó una definición sobre cuáles son los desafíos en la promoción de la lectura en el mundo de las tecnologías digitales y las redes sociales: “Uno de los principales desafíos que trae este género como consecuencia de los cambios culturales es replantear el concepto de lectura. Es necesario partir de un concepto de lectura más amplio, que va más allá de la lectura alfabética convencional -como plantea María Emilia López- tanto para pensar en la lectura del mundo que hace un bebé desde el momento que nace hasta en la confluencia de códigos que propone el libro álbum para contar una historia desde las imágenes. La formación de lectores supone una serie de saberes específicos que están ligados con las formas del arte que nos permiten vincularnos con la realidad y trascenderla. En tiempos de tanta fugacidad la lectura puede proponer algo nuevo a los lectores: una lectura detenida o, al menos el gesto de interpelar la rapidez con la que nos vinculamos con las imágenes. Se puede aprovechar el hecho de estar rodeadas de imágenes y entrenadas en su lectura. El punto es cómo desplegar algunos mecanismos que le permitan al lector profundizar en el proceso de alfabetización visual para que la lectura siga siendo un espacio de encuentro que nos invite a entrar en contacto con la novedad y la incertidumbre”.

Consultada sobre qué propuestas se pueden aportar al sistema educativo para trabajar en esta promoción, García afirma que “Es una pregunta difícil porque si bien hoy el sistema educativo tiene sus propios desafíos en relación con la alfabetización convencional de niñas y niños, sobre todo después de la pandemia, el trabajo con el lenguaje que propone la literatura aporta en otras direcciones. No se puede dejar de considerar que es el espacio de la escuela el que acerca las oportunidades para el encuentro con los libros y, como sabemos, posibilita transitar las experiencias de lectura literaria más significativas en la vida del sujeto, esas que dejan huellas en los futuros lectores. Saber que en las bibliotecas de las escuelas están estos libros nuevos y de calidad estética es una responsabilidad para los adultos mediadores. Es necesario planificar ocasiones que garanticen la continuidad y variedad de estas experiencias con el arte y la literatura. Las propuestas tienen que abarcar tanto la formación docente como las prácticas en las aulas. Las capacitaciones son una primera apuesta para generar espacios en los que las docentes realicen sus propias experiencias que permitan revisar la configuración del aula de literatura y diseñar proyectos que desde el dispositivo del taller u otros contribuyan a ampliar el auténtico encuentro con lo estético y lo lúdico del lenguaje”.

Finalmente, Chaya aportó reflexiones sobre la importancia de trabajar la narración junto con la lectura con niños y niñas: “La narración es importante en todas las edades. Porque estamos hechos de narraciones. Somos los cuentos que nos han narrado. Nuestra identidad se constituye a partir de las narraciones que nos han contado. Todas y todos tenemos una narración detrás de nuestros nombres, contamos lo que nos pasó en el día, narramos cuando contamos cómo fue el primer día de clase, o el encuentro con la persona que nos gusta… En cuanto a la narración literaria, es importante porque a través de la literatura podemos imaginar diversos y variados mundos posibles. La narración literaria nos permite encontrarnos con otros mundos y a partir de ellos conversar, comparar el nuestro, complejizarlo, debatirlo, ampliarlo, etc. La narración junto con la lectura para niños y niñas contribuye a la configuración de mundos posibles y reales; a la construcción de comunidades que a partir de la lectura de literatura, se comprenden, dialogan y se escuchan”.

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